domingo, 24 de abril de 2011

El ladrido


De todas las formas de comunicación que desarrolla el perro, el ladrido es aquella más sonora y también la más comprensible a escala humana, ya que es comparable a nuestro lenguaje oral. Si las personas se comunican, sobre todo, hablando, los perros han aprendido que, para comunicarse con ellas, expresar sonidos es lo más adecuado.

La palabra ladrido proviene del verbo latino Latro,-avi, atum, are, que significa ladrar, es decir, dar voces el perro. Los perros domésticos ladran porque es la forma de expresión más comprensible para los humanos. La comunicación más utilizada entre las personas, al revés que entre los cánidos, es el lenguaje sonoro, ya que tendemos a ignorar las señales visuales y no sabemos reconocer, debido a nuestro poco desarrollado olfato, las señales químicas, tan importantes en el mundo animal.

 Como concepto, el ladrido es una respuesta emocional innata expresada solamente de forma habitual por animales como el perro y el chacal. Los lobos, antepasados directos del perro, raramente ladran, ya que como animales depredadores que son, no pueden permitirse sonidos que puedan revelar su presencia, tanto para su actividad cazadora como para su propia supervivencia.

 El ladrido de un perro es una manera de llamar la atención, significando «Aquí está sucediendo algo extraño... ¡Atentos!». Puede ser que quiera avisar de su presencia o de la presencia de otros cerca de su territorio; puede ser una llamada al juego; o puede que reclame agua o comida.

 Hay algunas razas más propensas al ladrido que otras. Las más ladradoras son los perros de jauría (beagles, bassets, bloodhound y demás sabuesos), y los terriers. Entre las que ladran muy poco destacan las razas más primitivas -es decir, las más cercanas al lobo- como los huskys siberianos, los alaskan malamute, los akita y los chow-chow.


Interpretación de los ladridos

 
Para comprender lo que significa el ladrido del perro hay que tener en cuenta circunstancias como el contexto, la frecuencia, el tono y sus códigos posturales.

Existen diversos tipos de ladridos:


- Invitación al juego: un perro que invita a jugar estira las patas delanteras, manteniendo levantados sus cuartos traseros y ladrando de forma repetitiva en un tono agudo.

- Aviso: es un ladrido grave y espaciado, que sirve para llamar la atención de su entorno sobre un posible peligro.

 - Territorial: todos los perros son territoriales y siempre procurarán alejar a los extraños de su espacio ladrando de manera alta y repetitiva, de forma más grave cuando más se acerque un posible intruso. Esta conducta es especialmente visible en los canes que viven en zonas residenciales, acostumbrados a estar detrás de una verja o una valla, que ven reforzada esta conducta cuando, al ladrar, alejan a los posibles intrusos del territorio.

 - Miedo: un perro miedoso tiende a ladrar, retirándose hacia atrás, con un ladrido corto y agudo, procurando que lo que representa su amenaza no se acerque.

 - Llamar la atención: para conseguir algo -entrar o salir de la terraza, conseguir un juguete, comer- un can puede ladrar de forma insistente y repetitiva en un tono agudo.

 - Frustración: cuando un perro se queda solo y sufre de ansiedad, ladra de manera compulsiva, a gran volumen y de forma muy nerviosa.

 - Neurótico: se caracteriza por ser un ladrido rítmico y constante, siempre en el mismo tono, y es propio de perros que padecen algún tipo de neurosis o de trastorno compulsivo.


 
Otros sonidos caninos

 
Además del ladrido, existen más tipos de sonidos producidos por un perro: gruñidos, gemidos, gritos, bufidos y aullidos conforman todo el repertorio de comunicación sonora canina.


Así como el ladrido representa un aviso, el gruñido es una amenaza. Un perro gruñe cuando se siente amenazado o quiere amenazar, emitiendo un sonido ronco y sostenido. Dependiendo de si muestra o no los dientes, la amenaza será más o menos explícita.

 El gemido canino es un sonido ambivalente, ya que puede significar tanto tristeza como alegría. Un perro puede gemir de dolor -sonido largo y lastimero- o bien puede gemir de alegría cuando llega su dueño a casa -sonido corto y continuo, acompañado de una gran movilidad-.

 El grito es emitido por el perro como señal de pánico cuando, por ejemplo, llega a temer por su vida. También es un sonido muy utilizado por los cachorros para exagerar su sumisión ante un perro dominante, y que no haya ninguna duda de su subordinación.

El bufido está a medio camino entre el ladrido y el gruñido, y los perros suelen expresarlo en momentos de estrés, acompañándose siempre bien de un ladrido, bien de un gruñido.

 El aullido no es muy característico del perro. A pesar de ello, hay perros que, en momentos de soledad, o al escuchar el sonido de una sirena, o el aullido de otros perros, pueden llegar a aullar. Su significado es una llamada a la unión, y es un comportamiento heredado de sus ancestros los lobos, que aullaban para reunirse o para reconfortar a un lobo que estaba lejos de su manada.

 Además de estos elementos de vocalización sonora, los perros también emiten otros sonidos similares a los de los humanos y con parecida significación, que son el jadeo y el suspiro. El primero consiste en respirar anhelosamente por efecto de algún trabajo o ejercicio impetuoso, indicador de estrés y excitación; mientras que el segundo consiste en una aspiración fuerte y prolongada seguida de una espiración, que los perros utilizan para expresar tristeza, alivio o deseo.


 
Perro ladrador, poco mordedor
 Este famoso refrán no debe tomarse como ley si hablamos de comportamiento canino. Un perro que ladra está generalmente estresado por algún motivo, y dependerá de las circunstancias si llega a la agresión o acaba huyendo.

 Ya hemos visto que ladrar no siempre es un signo de agresividad, y este tipo de vocalizaciones innatas utilizadas por los perros expresan un amplio repertorio de emociones. Cuando un perro ladra, siempre hay un motivo.

Conocer los diferentes tipos de ladridos, es decir, conocer el lenguaje oral canino, nos ayuda a relacionarnos mejor con nuestros amigos más fieles, evitando, de esta manera, posibles errores de comunicación.


Los perros cantores

Existen dos razas de perros que, en vez de ladrar, cantan. Son el basenji y el perro cantor de Nueva Guinea. 

El basenji (que significa “cosita de los arbustos” y “el perro que salta arriba y abajo” en lenguaje nativo) es una raza originaria de África, también conocido como Perro sin ladrido, que se encuentra representado ya en el Antiguo Egipto. Este perro emite unos gorgoritos, aullidos, gruñidos y cacareos que recuerdan al canto tirolés.

 El perro cantor de Nueva Guinea, actualmente en vías de extinción, emite un extraño canto a medio camino entre un aullido de lobo y el sonido de una ballena. El mejor modo de hacerlos “cantar” es apartarse de su vista, e inmediatamente empiezan a emitir su canción para intentar establecer contacto.

Agradecimiento: a Javier R. Batallé, educador canino(http://jrbatalle.blogspot.com/), por permitirme publicar su artículo.

sábado, 9 de abril de 2011

Leishmaniosis canina


Carta abierta de un Flebotomo:

Hola lectores:

Soy un mosquito que desde mayo hasta octubre zumbará cerca de los oídos de vuestros perros. Soy "la" transmisora de la leishmaniosis. Digo "la" porque soy la hembra del flebotomo. Los machos de mi especie no transmiten la enfermedad. Soy diminuta, no mido más de 2-3 mm y me podéis reconocer a simple vista porque soy de color ocre amarillento y mis patas y cuerpo están cubiertos de pelo. Desde hace años me alimento mejor porque vuestro empeño de ir a vivir al campo ha hecho que construyáis vuestras viviendas muy cerca de donde siempre he habitado, es decir, en entornos periurbanos. Además tenéis la sana costumbre de ir acompañados de uno o más perros. Me alimento de sangre y de materia orgánica, de donde obtengo los azúcares necesarios necesarios para vivir. La sangre que más me gusta es la del perro, aunque también pico a otros animales domésticos (hámster, gato), de abasto, salvajes (zorro, jineta, ratón), e incluso puedo picar al ser humano.

Pongo mis nidos en madrigueras, grietas de muros, huecos de árboles, alrededores de césped húmedo y piscinas, establos, corrales, sótanos, alcantarillas, leñeras, vertederos. Me gustan sobre todo las zonas poco iluminadas y con una humedad alta y constante. Vivo en altitudes entre 800 y 1000 metros y mi actividad la desarrollo a temperaturas superiores a 18 grados centígrados.

No me veréis volar en los días lluviosos o de excesivo viento, no sé nadar y mis alas son frágiles.

Salgo a comer al atardecer y en las primeras horas de la noche, aunque si el amanecer no es muy frío también me animo a dar una vuelta. Mi ciclo vital suele comenzar en mayo (en marzo si las temperaturas son las adecuadas) y termina en noviembre; cuando más me alimento es en julio y septiembre.

En cada ciclo vital pico tres o cuatro veces, ya que lo necesito para hacer mi puesta de huevos y perpetuar mi especie. Pongo entre 50 y 100 huevos y vivo unos 35 días; mis hijos nacen a los 7-10 días, después de la puesta y mis larvas son capaces de hibernar hasta el año siguiente.

En mis vuelos no recorro grandes distancias, no más de un kilómetro, por eso, tendréis amigos con perros afectados por la leishmaniosis en una zona cercana, mientras que los vuestros estarán sanos o viceversa. Soy un poco "vaga", me gusta volar bajo y contra el viento, si éste es flojito. Puedo picar tanto dentro como fuera de las viviendas, aunque me gusta mucho más hacerlo en el exterior, y tengo un gran defecto, y es que se me puede atrapar con trampas de luz.

Sé que os preocupa mucho la enfermedad que transmito, sobre todo porque teméis que os pueda contagiar a vosotros, además de a vuestros perros. Debéis estár tranquilos. Hace años se hizo un estudio en Évora (Portugal). Se analizaron todos los perros de esa población y el 6,9% estaba infectado por leishmania. Pues bien, ningún habitante de Évora contrajo la enfermedad. Además, la leishmaniosis humana se cura en no más de cuatro meses.Somos un poco sibaritas y nos gusta más la sangre de perro, lo que explicaría lo que acabo de contar.

Durante nuestra época de actividad 30 de cada 1000 perros sufrirán nuestros picotazos y se infectarán de leishmania, pero, ¡atención!, no todos desarrollarán la enfermedad. Me explico, de cada 100 perros infectados, el 50% enfermará, el 40% permanecerá asintomático y el 10% se curara de forma natural. Del 50% de los enfermos, tan sólo un 10% morirá o tendrá que ser eutanasiado por complicaciones graves de hígado o riñón. Como veréis no es "tan fiero el león como lo pintan".

Transmito una enfermedad que no se manifiesta de inmediato. Vuestros perros pueden tardar meses (entre dos y doce), e incluso años en manifestar algún síntoma.

Una de cada tres de nosotras es portadora del parásito, leishmania. Una vez que extraemos la sangre inoculamos las leishmanias, y según funcione el sistema inmunitario de vuestro perro, éste desarrollará o no la enfermedad. Una vez que la leishmania ha traspasado la piel, penetrará en los glóbulos blancos, se reproducirá y los destruirá.

Luego pasará al torrente sanguíneo y se dirigirá hacia la médula, el bazo y ganglios linfáticos. Los síntomas que veréis serán muy variados, y los veterinarios hablan de una forma cutánea y otra visceral, pero en numerosos casos ambas se presentarán simultaneamente.

La leishmania se localizará después en piel, hígado, riñón, aparato digestivo, ojos, articulaciones y producirá procesos inflamatorios responsables de los síntomas. Veréis lesiones cutáneas en forma de descamación de color blanco plateado, similar al amianto, más pronunciada en la cabeza, pabellones auriculares y miembros, para encontrar luego lesiones ulcerativas, sobre todo en los puntos de presión.

También veréis afectadas las almohadillas, y los espacios interdigitales. Aparecerán fiebres intermitentes, somnolencia, falta de apetito, cojeras, inflamación ganglionar, crecimiento exagerado de las uñas, hemorragias principalmente nasales, adelgazamiento, consunción muscular y, debido a la inmunosupresión, complicaciones como demodicosis generalizada y foliculitis bacterianas. En otros casos más graves se desarrollará una irreversible insuficiencia hepatorenal.

En un análisis de sangre, vuestro veterinario encontrará alteraciones en las proteínas y normalmente anemia. Por los síntomas y los análisis podrá indicaros el pronostico y tratamiento más adecuado en cada caso. A lo mejor necesita hacer una punción de médula o de ganglios, e incluso una biopsia de piel.

Existen pruebas de laboratorio específicas para diagnosticar esta enfermedad que no siempre serán definitivas, pero la familiaridad de vuestro veterinario con la leishmaniosis bastará para solucionar el rompecabezas que a veces supone enfrentarse a ella.

Llevan años trabajando en esta patología y os aseguro que en un 90% de los casos conseguirán la curación clínica de vuestros perros, si les ayudáis en el tratamiento y seguimiento de la enfermedad. De vuestra implicación positiva dependerá mucho el éxito y la salvación de vuestros perros. Preguntar nunca está de menos.

De la terapia a seguir no os contaré nada porque es en las clínicas donde deben enfocarlo, en función del estado de vuestro perro y del momento en que se diagnostique la enfermedad. Tan sólo un consejo: cuanto antes se detecte, mejor será, por lo que os recomiendo que chequeéis al perro dos veces al año, una en marzo y otra en diciembre.

Os he dado pistas sobre mi vida, mis apetencias y mis costumbres, así que haciendo uso de vuestro ingenio podréis sacar importantes conclusiones para combatirme. Como no soy masoquista le cedo la palabra al veterinario, que os dará unos sanos consejos para que evitéis mi picadura sobre vuestros perros, y el modo de hacerme la vida imposible. Tengo el cerebro de un mosquito, pero no soy tonta aunque lo parezca.


COMO PREVENIR LA ENFERMEDAD

Como habéis leído el flebotomo es el transmisor de la leishmaniosis, y por eso casi todas las medidas preventivas deben ir encaminadas a evitar su picadura, y a ser posible a acabar con él:

-Debemos aplicar insecticidas sobre el perro. En el mercado existen numerosos productos que en "teoría" lo repelen, pero lo cierto es que tan sólo dos se encuentran registrados para tal uso y presentan pruebas clínicas concluyentes sobre su efectividad. Para mí el más efectivo es un collar antiparasitario cuyo principio activo es la deltametrina. Debéis cambiarlo cada cuatro meses.

-Podemos aplicar otros insecticidas de efecto residual (indicados contra mosquitos) en la cercanía de la caseta del perro, alrededores de la vivienda, leñeras y muros.

-Eliminar de la cercanía de vuestras casas restos vegetales, escombros y basuras, alejando al perro lo más que podáis del césped húmedo y las piscinas.

-Evitar que vuestro perro permanezca en el exterior desde el atardecer hasta las primeras horas de la noche (o de la mañana preferentemente). Si esto no es posible podéis colocar una tela mosquitera en su caseta e intentar que permanezca en su interior en las horas comentadas. Las mosquiteras convencionales no valen, debido al pequeño tamaño de este mosquito. Sus medidas deben ser de 0,4-0,5 milímetros cuadrados de malla.

-Rociar con insecticidas residuales cercos de puertas y ventanas.

-Las trampas de luz pueden ser útiles, pero no debéis colocarlas en zonas próximas a donde se encuentra el perro.

-Este mosquito puede picar en el interior de las casas, pero lo hace raramente. Un sistema eléctrico de pastillas antimosquitos os evitará esa posibilidad.

Debo comentaros la existencia de un nuevo mecanismo de contagio humano en el que este mosquito no actúa como vector. Cada día son más los casos de drogadictos positivos al VIH que son portadores de leismania. Dada su costumbre de inyectarse en zonas periurbanas, como poblados chabolistas próximos a vertederos o edificios en ruinas, algunos se infectarían de forma primaria por la picadura del flebotomo, y a continuación de unos a otros a través de las jeringuillas "prestadas". Cuidado por tanto con las jeringuillas, que desgraciadamente pueblan cada día con más frecuencia los suelos de nuestros parques.

Hay estudios que certifican que hasta un 9% de las personas infectadas por VIH también lo están por leishmania, que encuentran un excelente caldo de cultivo en los cuerpos de los drogadictos inmunodeprimidos.

Para concluir y pensando en aquellos que, a pesar de vivir en zonas urbanas (con muy baja incidencia de esta enfermedad) vayáis a pasar las vacaciones a otros lugares, os indico según los datos estadísticos y en porcentajes, las zonas de España donde esta enfermedad aparece en menor o mayor medida:

-Andalucia: 8,8
-Aragón: 7-10
-Baleares (excepto Menorca): 14
-Castilla-La Mancha: 7
-Cataluña (según zonas): 9,3-18
-Extremadura: 12
-Madrid: 38% en perros de guarda
-Murcia: 9
-Navarra: 4,4
-Valencia: 10

Buen verano sin flebotomos y por tanto sin Leishmania.

Agradecimiento: a http://www.adiestralo.com/ por permitirme publicar este artículo.
Autor: José Enrique Zaldívar Laguía. Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro.