viernes, 23 de septiembre de 2011

Qué es canicross

Sergi y Lluna
El Canicross es una disciplina que se está consolidando en nuestro país y con una larga tradición en Europa, consiste en correr con un perro atado a la cintura con un cinturón y una línea de tiro que va hasta el arnés del perro. Habitualmente se practica sobre tierra, aunque de forma ocasional se puede practicar sobre nieve, corriendo este caso con raquetas si es nieve blanda o con zapatillas si es dura.
El Canicross fue introducido en España hace aproximadamente 10 años, en las competiciones regulares. A nivel federativo, depende de la Federación de Deportes de Invierno. En toda Europa el Canicross cuenta con mucha afición, existiendo una Federación propia con importantes campeonatos dedicados exclusivamente a esta modalidad y con un nivel competitivo altísimo.
El binomio hombre-perro hace especialmente atractiva esta práctica deportiva. Disfrutar de la naturaleza en compañía de un buen amigo y descubrir una afición en común con él, la pasión por correr, aportan un valor añadido a los aficionados al mundo de las carreras de montaña y a la vez amigos de los animales.
Para practicarlo sólo necesitas un arnés especial de tiro para el perro, no siendo válido los arneses de paseo, una línea de tiro con amortiguador y un cinturón de canicross que será ancho para proteger la espalda del corredor de los tirones del perro.

Precauciones especiales para la práctica del canicross

En el canicross el corredor debe de pensar en su compañero de entrenamiento tanto como en él mismo. No olvidemos, que el perro es un animal tan fiel que en ocasiones puede llegar a extremos físicos que le pueden perjudicar seriamente por el simple hecho de seguir corriendo junto a su amo.
Al igual que el corredor debería pasar un reconocimiento médico, nuestro compañero debería pasar por el veterinario para comprobar su estado físico y descartar posibles anomalías.
Una vez que empecemos a entrenar, los mismos principios que rigen la mejora física humana son aplicables al perro. No podemos empezar corriendo el primer día 20 km. porque nuestro perro acabará desfallecido. Debemos seguir los mismos principios de progresión que aplicamos con nosotros.
Especial precaución debemos tener con la temperatura. Los efectos de las altas temperaturas, y en el caso del perro hablamos de más de 20º, pueden llegar a ser fatales. Debemos, por tanto, evitar a toda costa correr con más de 20º (las competiciones no se realizan a partir de este punto) para evitar problemas mayores.
Otro factor importante a tener en cuenta, es la edad del animal. A nivel competitivo es necesario que tenga un año y a nivel de entrenamiento aunque se puede empezar a correr, dos o tres meses antes, siempre se hará sobre distancias muy cortas y ritmos lentos. El objetivo en esta fase es que nuestro amigo se vaya habituando a correr con nosotros y coja el gusto por la carrera.
También es importante, correr con el equipo adecuado, especialmente el arnés del perro que evita rozaduras y distribuye el esfuerzo a lo largo de la espalda del animal, como el cinturón para el guía, para evitar presiones innecesarias en la espalda.

 

¿Qué perro es el adecuado?

En principio, cualquier perro sano con más de 1 año es válido para practicar canicross, tanto en entrenamiento como en competición, con independencia de su tamaño o raza. No obstante, lo habitual son perros de tamaño medio-grande, de entre 20 y 35 kg., puesto que de esta manera podremos aprovechar realmente las ventajas de correr tirado por el perro.
No obstante, si tuviéramos que elegir los perros más cualificados para competir, tendríamos que elegir los perros de caza de tamaño grande, como pueden ser bracos, que combinan resistencia, con una velocidad inigualable. Otros perros, que compiten a un buen nivel son los perros nórdicos, con preferencia por el Husky Siberiano o mezclas de esta raza.

 

Competiciones

Las carreras de canicross se disputan por tierra y son muy similares a las carreras de montaña, aunque la distancia es menor (de 5 a 10 km. habitualmente) y tienen menores desniveles. Las clasificaciones son las habituales en cualquier carrera popular (por edad y sexo).
En estas pruebas, el respeto al perro debe ser máximo y está totalmente prohibido que el perro corra detrás del guía, dar tirones y por supuesto cualquier tipo de maltrato físico o verbal al perro, siendo sancionado el corredor que lo incumpla.
Además, antes de empezar la carrera, se debe pasar un control veterinario donde se acredita que el animal tiene en regla sus vacunaciones y que se encuentra es un estado adecuado para participar, siendo la edad mínima de 1 año y se le marca al perro, para evitar cambios de última hora.
Hay dos tipos de salidas: Las salidas en grupo, que son las que se realizan en la Liga Nacional de Canicross y las salidas por tiempos, mediando unos segundos entre corredores. En las salidas en grupo, hay que tener especial atención y llevar al perro recogido con la línea de tiro, porque los perros al igual que los corredores están nerviosos y 50 perros de distintos tamaños, que son los habituales en este tipo de prueba, pueden generar algún incidente si no estamos atentos, pero son sin duda las más espectaculares.
Al igual que con los guías, curiosamente es en competición cuando el perro da lo mejor de sí. El estar rodeado de 50 ó 60 perros más, hace que ese día corra como nunca.
Otro punto importante, es la fuerte participación de mujeres en las carreras de canicross, con unos porcentajes más altos de los habituales en otro tipo de carreras.

 

Sensaciones al correr

Las sensaciones que se tienen al correr tirado por un perro son muy diferentes a las que habitualmente se experimenta sin perro. Aunque en bajada, se deben extremar las precauciones, puesto que un animal de 25 ó 30 kilos tiene una fuerza tremenda y podemos acabar rodando, en llanos y en subida es cuando experimentamos realmente el aporte de fuerza extra que nos da, eso sí, cuando quiere tirar, que no siempre pasa.
A las sensaciones físicas, debemos añadir las puramente “espirituales”, si el correr, en sí mismo supone un disfrute muy especial para cualquier corredor, hacerlo en compañía de tu perro le añade un toque muy especial, creando un vinculo muy fuerte entre ambos. Además de ser una motivación extra para salir a entrenar esos días que no apetece tanto. En cuanto el perro te ve con las zapatillas ya no se despega de ti y al final te acaba contagiando la energía.
canicross


Técnica de carrera

El hecho de correr atados por un perro, hace que la técnica de carrera sea diferente a correr sin perro. En el canicross se debe de trabajar mucho la flexibilidad y la técnica de carrera para optimizar el empuje extra del perro, a la vez que procuramos lastrarle lo menos posible a través de una zancada más ágil que la habitual. También se debe trabajar la parte superior a través de la musculación puesto que en ocasiones tenemos que controlar al perro y una vez que va lanzado esto requiere algo de fuerza. También debemos hacer especial hincapié en fortalecer nuestros tobillos y sobre todo nuestras rodillas, que sufren mucho al intentar frenar al perro, especialmente en las bajadas.
En competición, debemos además conocer las cualidades físicas y la psicología de nuestro compañero, para conocer sus motivaciones y quedarnos detras de otro corredor, si sabemos que nuestro compañero de equipo se va a motivar siguiendo a otro perro o adelantar en el caso de encontrarnos fuertes para hacer un cambio de ritmo, esta circunstancia debemos entrenarla antes para que nuestro perro tenga una motivación especial y no dependa de la presencia de otro perro para ir delante de nosotros.

Conclusiones

El Canicross es un deporte joven, que combina como ninguno la pasión de correr por la montaña, con el disfrute con los animales. Cada año se va consolidando más a nivel nacional y hay más organizadores que se animan a incluir a esta espectacular disciplina dentro de sus pruebas.

Agradecimiento: a Enrique Solís (www.lealcan.com), y grupo de canicross Lealcan, por permirtirme publicar este artículo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Video de perros: deportes caninos en slow motion

Este video de perros es muy simpático. Recoge momentos de diferentes deportes caninos en slow motion (caídas incluídas) y permite ver aquello que el ojo humano no puede percibir con tanta nitidez y precisión, como consecuencia de la velocidad normal de los saltos y carreras de los perros cuando intervienen en competiciones de agility, discdog, flyball, etc. Son casi diez minutos, pero pasan rápido. Para disfrutar de la belleza de los perros y de imágenes de la práctica de estos deportes caninos. Espero que os haga disfrutar. Todas las imágenes son de competiciones caninas del año pasado, y el video ha sido elaborado por una página checa (http://www.dogsports.cz)


miércoles, 14 de septiembre de 2011

La llamada

La llamada


     
Llamar a nuestro perro para que acuda a nosotros puede convertirse en el juego del corre que te pillo, no debemos entrar en su juego. El estímulo que se le presenta es mas fuerte que el que representamos nosotros y para cambiar esa forma de actuar tenemos que darle la vuelta al contexto y hacer que acudir a nosotros siempre le resulte agradable, eligiéndonos antes que cualquier otro estímulo que se le presente.  
 

 Nuestra voz;

 Los humanos, al llamar a un perro le indicamos  todo lo contrario a lo que queremos que haga.

 Centrándonos en la llamada, al llamar a un perro, normalmente lo llamamos por su nombre y “ven”, ven lo pronunciamos en tono muy alto y agudo, un solo tono corto o alargado y agudo para ellos significa disminuir la actividad, lo que es igual a detenerse. Por lo tanto queremos que venga y le estamos comunicando que se detenga. La llamada tiene que ser en tonos cortos y repetidos (ven, ven, ven, o cualquier palabra que asociemos). Aumentando la actividad y animándolo a acudir a nosotros en tono cariñoso.  
 

 Nuestro cuerpo;

 Nuestro cuerpo desempeña  un papel fundamental a la hora de llamar a nuestro perro y nunca lo tenemos en cuenta, es tan escaso el conocimiento canino que tenemos a pesar de llevar tantos miles de años conviviendo juntos, que resulta asombroso que tengamos tan poco conocimiento de ellos.

 La forma común de colocar nuestro cuerpo al llamar a nuestros perros también le indica lo contrario a lo que queremos de ellos. El perro tiende a dirigirse hacia donde apuntan nuestra cara y nuestros pies, esto nos dice que si lo llamamos mirándolo de frente le animamos a que siga en esa dirección, o se detenga sin venir por lo confuso de la situación, si por el contrario nos giramos y nos inclinamos un poco le indicamos que vamos a cambiar de dirección ofreciéndole el mensaje corporal de venir. Si lo acompañamos con los tonos cortos y repetidos más palmaditas de forma cariñosa le enviaremos un mensaje muy claro de lo que queremos, si además somos el estímulo mas fuerte del entorno vendrá.

 Todos deberíamos practicar con nuestro perro a llamarlo sin hablar, llamándolo con nuestro cuerpo, lo entiende mejor que nuestras confusas palabras.  
 

 Algunas reglas para la llamada;

 No debemos asociar su nombre o la palabra que utilicemos para llamarlo con algo negativo, quiere decir que siempre que lo llamemos sea para algo bueno para él. Su nombre siempre tiene que estar asociado a cosas buenas. (Si está jugando en el parque mejor no llamarlo para interrumpir el juego, mejor nos acercamos y lo atamos a la correa sin llamarlo y como este ejemplo muchos más.).

 No tenemos que estar constantemente llamando a nuestro perro o terminará por ignorarnos, si lo soltamos es para que tenga un poco de libertad y no para estar dándole la lata todo el tiempo.

 Lo correcto es no regañar ni castigar, (mejor es enseñar y no exigirle que haga algo que aún no hemos enseñado) pero si alguna vez lo hacemos, nunca debemos pronunciar la palabra que usamos para la llamada junto con la regaña o nuestro enfado por nuestra frustración,  nuestra frustración merecería un tema muy largo a tratar.    

 Si alguna vez se encuentra en peligro y no acude a tu llamada, cuando te mire corre en dirección contraria y verás que pronto te alcanza. También puede funcionar tirarte al suelo y vendrá para ver que te pasa.

 Si no nos hace caso y después de hacer lo que quiera un rato, viene, tenemos que premiarlo, siempre que venga debemos mostrarle nuestro cariño.

  Castigar a un perro por que no viene cuando se lo pedimos es como pegarle a un niño para que no llore. (El niño llorara más y el perro vendrá menos).

 Este artículo no puede nunca sustituir la ayuda personalizada de un profesional ya que cada contexto entre humano y perro es diferente. 


Agradecimiento: a Francisco Javier Carrasco Gil (http://educanis.over-blog.es/), por permitirme publicar su artículo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Razas de perros autóctonas: El dogo canario

El Dogo Canario


Tal vez para plantear la situación actual del DOGO CANARIO, hay que remontarse a los inicios de su recuperación actual, partiendo de finales de los años 70 hasta nuestros días.

El inicio de la raza como tal, comienza a finales de los 70, sin unas ideas claras y muy poco material, pero con una gran ilusión que dura hasta hoy. El comienzo fue duro por la falta de reselección racial y de medios, pero gracias al entusiasmo de un grupo de nuevos criadores que van informándose y aprovechando los conocimientos de aquellos viejos criadores, la raza se fue expandiendo por el archipiélago Canario. La gran ilusión que derrochan los seguidores y recuperadores de esta nueva raza, el espléndido Presa Canario, hace que surjan cada día nuevos simpatizantes de la misma. La década de los 80, se convierte en el esplendor de nuestra raza en las islas. Se aprovechan los eventos oficiales de las exposiciones Internacionales y nacionales de Las Palmas y Santa Cruz Tenerife, así como la presencia de la Real Sociedad Canina de España dando cierta oficialidad, se llevan a cabo muestras, he información a todo aquel que quiere acercarse a ella, trípticos con el estudio racial y una ligera historia de la raza, también se efectúan muestras en los pueblos de las islas para ampliar el fomento en todos los rincones del archipiélago. En los 80 también hay algunos criadores en la península que entusiasmados con la ella, comienzan a criarla y darla a conocer en el resto de España, la culminación de esta década fue el ya mencionado reconocimiento oficial de la raza en el año 1989 alcanzando el premio a una labor de años de trabajo llevada a cabo por el Club del Presa Canario.



Con el reconocimiento Oficial de la raza comienza otra etapa tanto de difusión a nivel nacional como el trabajo de cría y selección según el estándar ya aprobado por la Real Sociedad Canina de España y esta oficialidad también nos lleva a los concursos oficiales donde se ponen en juego los puntos de belleza de nuestra raza.

Un paso importante en la historia del Dogo Canario, fue la necesidad de tener una serie de jueces especialistas en la raza. Estos jueces debían juzgar a nuestros perros y guiar la raza para que la selección de ejemplares se hiciera de acuerdo a los parámetros recientemente aceptados por el estándar en aquella época. De este modo, la década de los 90 se convirtió en una época muy importante, porque se marcó el trabajo a seguir para que el reconocimiento internacional no se hiciese esperar. Con ese comienzo de esperanza se va fraguando la raza y sus primeros campeones y, lo más importante, ésta es proyectada de tal forma que a mediados de los 90 es una de las razas punteras a nivel nacional y con gran proyección internacional, lo que siguió animando a nuevos criadores y simpatizantes, no sólo en las islas y península también, en Europa y América, abriéndose otra gran proyección a nivel internacional para la raza.


Todo proyecto tiene un bache y el del Dogo Canario fue las nuevas normas de la Administración en cuanto a tenencia de perros "potencialmente peligrosos".
Como se ha comentado ampliamente, la ley de perros peligrosos, surgió como respuesta a una serie de acontecimientos no deseables, que sacados de contexto por personas que desconocen el mundo canino, llevaron a crear una serie de normativa burocrática y jurídica que perjudicó a las razas molosoides, o de tamaño grande. Este proyecto de ley, condicionó la visión de muchas personas ajenas al mundo canino y los comentarios negativos y erróneos que se hacían sobre las razas mal llamadas "potencialmente peligrosas", hicieron que muchos criadores y simpatizantes de éstas se sintiesen discriminados por el simple hecho de tener un perro de cualquiera de estas razas "indeseables" según la interpretación de algunas personas que como digo, no conocen ni la norma ni el mundo canino. Esto llevó tanto a una disminución de la participación de estas razas en los eventos caninos como a una disminución en su cría, dando lugar a un retroceso de la raza en cuanto a cantidad de camadas.

Esta situación además de injusta y errónea, supuso un freno al reconocimiento Oficial Internacional de los Dogos Canarios, convirtiéndose éste en un proceso más estricto y dificultoso, pues no sólo obligaba a la raza a reunir nuevas condiciones de líneas de sangre, sino que debía también pasar el famoso Test de carácter llevado a cabo por dos personas propuestas por el organismo oficial de la F.C.I. así como el cambio de nombre a" DOGO CANARIO".Esta fue la entrada en el nuevo siglo, en el nuevo milenio. La segunda mitad de los años 90 se pudo superar y volver a tener una raza de primer orden.

Así y todo se sigue arrastrando algo de esa etapa oscura para las razas grandes y premio a esta labor fue el reconocimiento oficial de la raza a nivel internacional con el número 346 en el 2001, en la Exposición mundial de Portugal. Esta incorporación a la cinofilia internacional contiene una cláusula de provisionalidad durante los diez años primeros, donde volveremos a ser nuevamente evaluados, para conseguir por fin el tan ansiado aprobado definitivo.




El punto más conflictivo que ocasionó el reconocimiento oficial internacional, tal vez ha sido el famoso cambio de nombre de la raza (DOGO CANARIO). Si somos conscientes de cuál es el identificativo que más describe a nuestro perro, estamos totalmente de acuerdo con este último, pues la denominación presa sólo es una cualidad en cuanto a mordida, pero el término dogo nos describe tanto su morfología como su carácter, o lo que es lo mismo, prácticamente con un sólo vocablo ya tenemos descrito a nuestro perro y sabemos dónde enmarcarlo.
  

Carácter del Dogo Canario

Hablar del Dogo Canario sin describir su carácter, es dejar a medias una raza como la nuestra, donde éste es uno de sus puntos fuertes.



Si sólo su presencia ya causa admiración y respeto, no menos es su carácter que empieza a desarrollar desde que nace, pues ya en sus genes nos trae esta cualidad, debemos mimarla y fomentarla, siempre, no intentando anularla con la idea equívoca de mantenerlo aislado y atado lejos del ambiente familiar y de su territorio, pues esto genera una desconfianza que más tarde se puede transformar en agresividad o miedo agresivo muy perjudicial para su entorno y para su convivencia con la sociedad, es un perro al que le encanta vivir y convivir con la familia, y el juego con los pequeños, pero siempre bajo la atención de personas, pues en los primeros meses no controla sus fuerzas y puede hacer algún daño evitable.

Con la madurez sigue siendo un perro que mantiene la necesidad de estar en el ambiente familiar, y si se ha educado con unas normas de convivencia mínimas, se notará que ejerce su trabajo de guarda sin ningún problema, teniendo un compañero ideal y un guardián con las mejores cualidades.
Sin duda alguna, las características de comportamiento del dogo canario, son las que corresponden a un perro molosoide de guarda, defensa y protección de absoluta confianza, el tiempo así lo ha demostrado. No obstante, ha sabido adaptarse a los tiempos que corren con una exquisita elegancia, acentuando su talante polifacético, concursando en certámenes y exposiciones de belleza, compitiendo en pruebas de trabajo, incluso ha debutado como actor en películas y videoclips musicales, o simplemente como perro compañero.

Pero no nos engañemos, como para todo en la vida, es necesario un proceso de aprendizaje, y en este caso es preciso moldear los comportamientos instintivos del perro para lograr un temperamento equilibrado y maduro del que poder servirnos. No cabe la menor duda de que partimos de una buena base ya que el cachorro de dogo canario nos presenta por atavismo, un carácter ideal del que poder sacar provecho.


Me voy a permitir la licencia de orientar a grandes rasgos lo que considero son las pautas indispensables para obtener un animal sereno y útil del que poder disfrutar. Para ello, es de gran importancia un trabajo serio por parte de los criadores, que deben de comenzar seleccionando progenitores en los que los rasgos de temperamento sean deseables. Básico es el hecho de mantener la camada unida hasta los 60 días después del parto. A este periodo de tiempo se le llama sociabilización y el cachorro adquiere, mediante los juegos con sus hermanos y las relaciones con su madre, los diferentes gestos y sonidos indispensables para la comunicación. Estos gestos reflejan su estado emocional y jerárquico. Sin este aprendizaje, el futuro perro tendría problemas de comunicación y podría resultar peligroso e insociable.

Por la envergadura que alcanzará el cachorro es importante que por parte de su propietario se le procure una educación seria con normas básicas de comportamiento a medida que va madurando. Por lo general, este moloso suele alcanzar la plenitud entre el tercer y cuarto año para los machos y alguno menos para las hembras , para ese entonces tendremos un perro brioso, seguro, guardián, denotando un afecto indefectible hacia su amo. En definitiva, un perro con carácter ideal para disfrutar.


Son muy pocas las pautas a seguir para que este buen fin se logre. Desde que llega a casa debe saber cuál es su sitio, tanto físico como en la familia, no se puede dejar que él tome las riendas pues será muy difícil imponerle normas. No se le debe gritar y menos aún golpear, pero sí hay que corregirle con la severidad y autoridad necesarias en el momento apropiado (no se debe castigar algo que ha pasado largo rato antes, ya que carece de sentido para un animal). Ha de aprender quien es el que manda y lidera el grupo. De esta forma, cuando nos visita algún amigo o familiar, él comprenderá que no tiene que desarrollar su cometido de guardián, pues la familia se encuentra relajada ante los extraños y no demuestran síntomas de recelo por lo que él también actuará así.

Al menor intento de guarda que realice ante cualquier forma extraña, tanto externa como interna, hay que animarle a seguir en esta línea, moviéndonos con él, incentivando y despertando su instinto de guarda. Instinto genético y por lo tanto natural.Si esto se hace con ganas e ilusión comprenderás porque hay tanta gente enamorada de esta raza.

 Agradecimiento: a Ricardo Oramas y José Ramón Rodríguez, autores del artículo, y a José Manuel López (www.clubdogocanario.org), por permitirme publicarlo.