El dueño está paseando su perro. Van avanzando: él con la mirada al frente; su perro con la nariz hacia las paredes de la calle. Él avanza, y su perro, que ha detectado un olor de lo más interesante, se lanza contra la pared para olfateaar con detenimiento.El dueño, que no tiene intención de pararse, pega un tirón a la correa, y consigue que el perro, por la fuerza, siga andando.
Cuántas veces habremos contemplado esta escena. Muchas veces el perro es pequeño y con el tirón reanuda su marcha inmediatamente. Otras veces el perro es grande y el ejercicio tirón-contratirón se convierte en un forcejeo que es agotador para el dueño y para el perro.
Así es imposible disfrutar de un paseo con tu mascota. Ni el dueño ni el perro están agusto. Lo único que se consigue es hacer brazo, y comenzar una escalada de tirones que va en aumento en cantidad e intensidad.
Algunas ideas que pueden ayudar a mejorar esta situación:
1- Salir sin prisas. Tener paciencia. Permitir al perro que reconozca su entorno con calma. Dejarle que sea perro.
2- Educar al perro para que nos preste atención cuando se la demandemos. Sin tirones. Es muy importante poder controlar al perro siempre, también sin correa, y cuando haya estímulos interesantes que atraigan su atención. Si no, estamos perdidos.
3- Aprovechar algunos momentos del paseo para reforzar órdenes, trucos. Así el paseo tiene un ingrediente más que hará las delicias de perro y amo, lo mantendrá motivado, atento al dueño, le estimulará psíquicamente y con premios!
4-Hacer salidas más frecuentes, y más ahora en verano, que hay más tiempo. Se reduce así el nivel de stress y se facilita la compenetración perro-amo.
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