lunes, 30 de mayo de 2011

Relaciones nuevo bebé y perro residente


Una de las preguntas más frecuentes de los futuros padres es cómo introducir un nuevo bebé a un perro que reside en el hogar. Normalmente esta cuestión genera muchas dudas ya que existe cierto miedo en la futuras interacciones entre el niño y el perro.  Afortunadamente la mayoría de las mascotas miran a los niños con curiosidad y no presentan signos de agresividad hacia ellos. Sin embargo algunos perros pueden percibir a los bebes como un mamífero extraño y una posible pieza de caza. Sobre todo aquellos que nunca han visto a un bebé y por tanto, no lo reconocerán como una cría de los seres humanos.  Para ayudar a prevenir accidentes, debemos tomar algunas precauciones.

            En primer lugar tenemos que asegurarnos que nuestra mascota no tiene ningún problema de agresividad hacia los niños, a los adultos o que no haya presentado ningún comportamiento predatorio (de caza) hacia pájaros, gatos, o cualquier otro mamífero.

            Si el perro ha manifestado algún tipo de agresión anteriormente, los padres deben consultar a un terapeuta del comportamiento animal. El terapeuta puede evaluar al animal e indicar, si fuese necesario, un plan de trabajo para reducir la probabilidad de que el perro pueda ser agresivo con el nuevo niño.

            Los propietarios de perros sin problemas deben saber que sus perros pueden cambiar sus conductas con la llegada del bebe, al recibir menos atención que antes. El perro puede recurrir a realizar actividades destructivas para llamar la atención o simplemente para aliviar el aburrimiento. También puede ocurrir que si se trata al animal más severamente cuando se aproxima al niño, o se le aísla para no molestarle, el perro puede establecer una asociación respecto del niño y el nuevo trato. Por ello es aconsejable que el perro participe de la nueva situación familiar, teniendo una constante vigilancia, para que aprenda a incorporar al bebé como un miembro más de la familia.

Por favor recuerde que un animal no debe estar solo con un niño en ningún caso. Esto no es porque los perros sean agresivos con los niños por naturaleza, sino porque los niños pueden tener reacciones extrañas hacia el animal cuando este se les acerca para buscar contacto físico, o simplemente para abrazarles por amor a ellos.

            Hasta que el niño no sea mayorcito para comportarse apropiadamente con el animal doméstico, aproximadamente a los 10 años, no se debe permitir que los niños y perros actúen recíprocamente, sin saber como responden en esas circunstancias. Esta es una medida de seguridad muy importante que protege tanto al niño como a la mascota.



Instrucciones para los nuevos padres


1.- No disciplinar al perro cuando se manifieste curioso alrededor del niño

2.- Dejar que el perro huela y vea al niño

3.- Asociar experiencias agradables con la presencia del niño

4.-  Dedicar especialmente 10 minutos al día a interaccionar activamente con el  perro.

5.- No dejar totalmente solos al niño y perro

6.- No aislar totalmente al perro del niño





Procedimiento de introducción

El proceso de introducción del bebé debe comenzar antes de su nacimiento. En este procedimiento debe seguir los siguientes pasos:

1º.- En primer lugar y como condición indispensable es que cualquier propietario en estas circunstancias debe asegurarse de tener un buen control sobre su perro mediante una educación básica. Este proceso cuando se parte de "cero" nos ocupará aproximadamente un período de un mes.

2º.- Antes de llegar el bebé se debe establecer un horario regular de alimentación y paseos que se ajuste a la realidad de las nuevas circunstancias. Deberá respetarse cuando el niño esté presente.

            Incluirá de uno a dos paseos diarios de una duración de 5 a 10 minutos, dedicados exclusivamente a atender las necesidades del animal. Durante esos paseos, acaricie al perro, cuídelo,  hablele despacio y cariñosamente, juegue con el y sus juguetes, dele masaje y todo aquello que a usted le apetezca y sepa que a él le gusta.

            Para llevar a cabo este punto con éxito, busque los mejores momentos del día, aunque sea levantándose cinco minutos antes. A usted también le servirá para relajarse.

            Esta es una buena manera de indicar al animal que a pesar de todo lo que está sucediendo, él también es importante y cuenta para usted.

            El cambio de horarios hay que realizarlo lo más pronto posible. Un buen momento sería al comenzar la educación básica a al reforzarla, si el perro ya está educado.

            Para que el paseo del bebé en cochecito acompañados del perro no suponga un esfuerzo extra, debe enseñarle a caminar a su lado con correa antes del nacimiento del niño. Esto contribuirá a tener un buen control sobre el animal.

            3º.- Las áreas donde permanecerá el bebé tendrán un olor característico dado por los artículos que utiliza el bebé (pañales, lociones, polvo y otros objetos), que son interesantes para el perro. Permita que el perro se acostumbre a ellos antes de su llegada, olfateándolos e incluso manosearlos e impregnarnos de su olor y que el perro nos huela.

            Igualmente, los objetos o la ropa del bebé pueden ser atractivos para el perro, por lo que no permitiremos que juegue con ellos enseñándole modales, utilizando las ordenes básicas. Cuando el bebé esté presente, tomaremos algún objeto o ropa que el niño ha usado y se lo enseñaremos al animal para que se familiarice con ellos y sepa que también hay un niño involucrado en la familia.

            Tener la precaución de realizar los arreglos necesarios, para que el animal pueda estar separado de las visitas o del bebé en algún momento, antes de la llegada del niño para que pueda acostumbrarse y no se sorprenda. No es aconsejable que lleve a su mascota a una residencia canina. Es preferible tener al perro vigilado dentro de casa porque esto disminuye la tensión. Los perros en las perreras o residencias incrementan la tensión y se volverán temerosos a su regreso y con ello pueden asociar su estado de miedo con la llegada del bebé.

4º.-  Cuando el bebé llege a casa, usted necesitará ayuda.  Debe poder saludar y prestar atención a los animales sin tener que decirles que se marchen o arriesgarse a intervenir porque esté molestando al bebé. Alguien debe poder sostener al bebé mientras usted saluda a los animales.

Si tiene un animal que salta al saludar, debe ponerse en otro cuarto hasta que todo esté tranquilo y pueda entrar a saludarlo. Si los animales son difíciles de controlar debe colocarle una correa pero antes debe saludar al perro de forma efusiva. Solo debe empezar la presentación de los animales al bebé cuando todo esté tranquilo y bajo control, con los animales callados y en calma y todo regresa a una situación normal. Este proceso puede durar unos 15 a 30 minutos.

5º.- Una vez estemos listos para comenzar con la presentación de los animales, alguien debe hacerse cargo del bebé para que usted pueda supervisar al perro. El animal puede oler y explorar al bebé. Si el animal se manifiesta temeroso del bebé, hable suavemente con el animal, frótelo, dele masaje y anímelo para oler al niño. No sostenga ni mueva al niño en el aire delante del perro. Esto podría incitar al animal para arremeter contra el niño. Esta es una conducta inapropiada y potencialmente peligrosa.

            Recuerde que en todo momento debe haber tranquilidad y con la situación totalmente controlada. Aunque un lametazo pueda ser aceptable, usted debe detener al animal en el instante.  Si se presentan lloros o gruñidos al bebé, debe ser capaz de corregirlos verbalmente. Si no es así, coloque al animal en otro cuarto hasta que esté tranquilo. Cuando esté tranquilo, podrá probar nuevamente la presentación. Recuerde que debe impedir cualquier conducta antes que se produzca, sobresaltando al animal para que cese, y entonces podrá reforzar otra conducta más adecuada.

Si está usted solo durante las primeras semanas, los animales deben estar guardados en presencia del niño. Es imposible atender a los dos teniendo la seguridad de poder reprimir una mala conducta del perro.

Asegúrese de que la separación de los barrotes de la cuna del bebé no son accesibles para el perro. También es importante considerar el estado de la correa y su longitud que, en caso necesario, podría utilizar para tener bajo control al perro en presencia del bebé. De esta forma el animal puede estar cerca del niño y el dueño puede acariciarlo, pero el perro no puede arremeter para localizar y alcanzar al bebé.

6º.- Si después de 3 semanas, el animal acepta al bebé sin presentar malas conductas, puede estar tranquilo. No obstante nunca deje solos al animal y al niño.

No piense que el bozal evita posibles lesiones. El cráneo de un niño es muy débil como para soportar una arremetida de un perro y puede llegar a producirse una fractura sin que hubiese intención. Un bozal puede prevenir una mordedura, pero no disuade al perro de arremeter contra el niño.

7.- Bajo ninguna circunstancia un animal doméstico puede dormir en el mismo cuarto que un niño. Use un intercomunicador para poder cerrar la puerta del cuarto del bebé mientras duerme.

Recordatorio

Si el animal es agresivo o se asusta del niño, se debe empezar con una exposición gradual del animal a los niños, según hemos comentado anteriormente.

Recuerde que la agresión por predación (caza) es la forma más común de agresiones a bebés, considerando que la agresión por miedo está frecuentemente asociada a niños con dos años de edad. Estos niños todavía no coordinan bien sus actos y pueden hacer daño a un animal inadvertidamente por sus manipulaciones.

Se debe enseñar a los niños jóvenes a tratar los animales suavemente. Es especialmente importante tener en cuenta que un perro viejo o enfermo, con dolores, puede hacer uso de la mordedura como única defensa contra un niño que no sabe tratar bien a los animales.

Por último, una conducta apropiada tanto del animal de compañía como del niño puede ser una experiencia maravillosa y puede ayudar a que los niños sean más humanos y tengan una mejor relación social.




CONCLUSIONES


·         Exposición gradual del perro y bebé

·         Supervisión permanente

·         Prevención de respuestas incontroladas

·         Educación básica como entrenamiento preventivo para control del animal y de las situaciones provocativas

·         Controlar el comportamiento del perro y del niño

·         No excitar al animal

·         Los niños no deben alterar el sueño de los perros


Agradecimiento: a Miguel Ibáñez Talegón. Veterinario. Profesor de Etología y Protección Animal. Jefe del Servicio de Etología Clínica Veterinaria de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. (http://www.ucm.es/info/companim/index.htm)

jueves, 19 de mayo de 2011

El agua y nuestros perros


Sabemos la importancia de este líquido natural, unos debaten si tiene color, olor, sabor... pero todos estamos de acuerdo en que es imprescindible para la vida: El Agua.

El ser humano es en un 70% agua y toda nuestra flora y fauna siguen esta regla universal de basar su sistema en el líquido elemento. Para nosotros es fuente de alimentación y materia prima para comidas y bebidas variadas, para la agricultura elemento clave para su desarrollo, para la industria fuente de energía (en pocos casos), método de refrigeración y, muchas veces, hacen mal uso de ella con residuos inertes o residuos peligrosos que convierte su formulación en algo dañino para la naturaleza y, al fin y al cabo, para nosotros que pertenecemos a ella.

Hablando de animales, los hay que necesitan más o menos agua dependiendo del metabolismo que tengan y del gasto en el entorno natural donde vivan. No es lo mismo un camello en el desierto, que una serpiente del Amazonas. Dado que, entre las múltiples mascotas que podemos hoy en día tener en un hogar, cada una va a tener una necesidad de agua en mayor o menor proporción al hábitat domestico, a su gasto metabólico y a su condicional relación con el hombre. Por ejemplo, no será proporcional para todos los loros africanos el agua necesaria, si uno vive en zona de clima húmedo y si otro vive en zona cálida, si ejercita las alas o pasa todo el día estático y si sus dueños le ponen agua fresca todos los días o son un poco despreocupados. Los gatos, roedores, aves... en sí no requieren mucha agua, es decir, no la consumen en demasía, pero si le escasea, su ciclo se descompensa y se deshidratan mucho mas fácilmente que otro animal.

Un perro domestico necesita del orden de 50/60 ml/kg de agua al día, independientemente de si es METABOLIZADA o INGERIDA. ¿La diferencia? Ahí va un ejemplo.
Por lo tanto me hago el cuento de la vieja y a mi Toby, de 10 kg., lo multiplico por 50 ml. y me sale que tiene que beber 500 ml. al día, es decir medio litro de agua. Ponemos a Toby un cuenco con medio litro de agua limpia todos los días, normalmente nunca se le acaba. Un día puede beber 300 ml. porque hace calor y ha corrido por el parque y otro día de frío y lluvia solo 100ml. ¿Toby está enfermo?
La respuesta es no. Lo que se esta contando aquí es solo el agua INGERIDA, es decir, el agua limpia y pura que se bebe como tal.

Ahora vamos a buscar el agua METABOLIZADA de Toby, que ha de salir de su alimentación.

Si alimentamos a un perro con "bolitas", es decir, pienso extrusionado con forma redonda que proviene de una masa formulada en proteínas, carbohidratos, grasas, azucares..., también influye la mayor o menor calidad según que fabricante las realice. No es lo mismo sacar la proteína y grasa de carne apta para el consumo humano, que restos de canales de despiece con todo lo que conlleva. De aquí Toby obtendrá agua metabolizada al romper los enlaces químicos mediante el proceso de digestión del pienso. Puede ser en mayor o menor medida en referente a la cantidad de comida que coma, pero será inversamente proporcional al agua que ingiera. ¿Por qué? Al ser un pienso seco los jugos gástricos no son suficientes para formar la pasta en el estomago para realizar la digestión. Con 100 gramos de pienso seco Toby bebe 200 ml./día un día frío y 375 ml./día con calor.

Ahora bien si nuestro perro come comida tipo casera o de lata, es decir húmeda, la digestión no necesita de agua para el proceso y Toby de repente bebe solo 75/120 ml./día de agua. ¿Esta enfermo? No, simplemente no la necesita para este proceso de digestión. Ahora bien, imaginemos que esa comida tipo húmeda esta demasiado salada... entonces nuestro perro si comerá (más por instinto caprichoso que por necesidad) pero compensara este exceso con agua ingerida de más... resultado de una diferencia de presión osmótica en el intestino y la consecuente diarrea... De ahí el peligro de la comida casera, de los dulces...

Muchas veces nos encontramos en la playa, o en el monte, o en situaciones en las que nuestro perro pasa calor y nosotros no nos damos cuenta que no dispone a mano agua limpia y su bol. Arriesgarnos a que beba por su cuenta es un peligro, hay que educar desde el principio a no beber de charcos, ni de charcas, ni ríos con posible industria cercana. A falta de fuentes con agua potable, siempre que nos vayamos al campo es conveniente llevar una botella de agua fresca, no fría, solo para ellos. Ultimamente se ven cuencos plegables, ideales para este tipo de situaciones. En caso de no disponer de agua, otra opción es la fruta. Es agua metabolizada pero sabremos que es limpia y no tiene azucares añadidos. Una manzana, o pera, en un momento dado en el monte, sin agua, puede refrescar al animal, dándole energía gracias a la fructosa. Otras opciones son un yogurt, alguna verdura como una zanahoria... Por descontado, ésta no debe ser una práctica habitual, sólo para casos extremos. Siempre es mejor el agua, para no descompensar al animal. Otra cosa es que se le premie, de vez en cuando, con esta clase de alimentos naturales.

Detectar una enfermedad por medio del consumo del agua, es una gran ayuda. La diabetes canina se detecta al comer mucho, beber mucho y orinar mucho... Ahora, cuando se habla de la palabra "mucho", hay que ser realista. Estamos hablando de situaciones de gran cantidad, no incidencias, como hemos comentado antes, de cambio de dieta, mayor ejercicio o días de calor.

Si no ha habido cambios climáticos, alimentarios o en el entorno, y nuestro perro deja de beber, hay que estar pendiente del motivo, comprobar si come, su estado de ánimo... La deshidratación puede ser un proceso muy rápido y la recuperación puede llegar a ser difícil o imposible. También puede deberse a procesos parasitarios internos, pero si se realizan desparasitaciones periódicamente, no ha de ser problema.

Nunca se puede decir un plazo desde que el animal deja de beber (y/o comer) hasta las 12, 24 o 48 horas para llevarlo al veterinario, sus otros síntomas hablaran de la gravedad.

El agua para cualquier animal ha de ser fresca y limpia, y ha de mostrarse Ad Libitum, es decir, a libre disposición, para que él mismo se regule sobre la base de su alimentación o ejercicio.

Por otro lado, el pienso, ya sea seco o húmedo, ha de tener la calidad suficiente para que junto a la ingesta de agua el organismo capte los nutrientes necesarios para la completa salud del animal, que éste mostrara en pelo brillante, aspecto sano, energía, juego...


Agradecimiento: a Lourdes Sánchez, propietaria del afijo Grasslandkayfer (http://www.grasslandkayfer.com/), por permitirme publicar su artículo.


domingo, 8 de mayo de 2011

Comportamiento de descanso del perro


¿Cómo descansa el perro?

Los perros muestran una variedad de comportamientos de descanso, incluyendo la postura de sentarse, acostarse permaneciendo alertas, sueño de onda lenta y sueño REM (rapid eye movement)

En la postura usada para sentarse, el perro descansa sobre el periné y las tuberosidades isquiáticas. En esta postura las piernas miran normalmente hacia delante, dependiendo un poco de la conformación física de la raza.
Cuando el perro está tumbado, normalmente usa una de cuatro posturas.

La más usada cuando hay una situación cualquiera en la que el perro debe estar alerta es la de tumbado sobre el esternón, que podría llamarse decúbito prono o tumbado esternal. En esta posición, el cuerpo descansa sobre el esternón y tanto éste, como los codos flexionados están en contacto con el suelo. De esta manera, el perro tiene más disposición a levantarse rápidamente si hay algo que le estimula, le llama la atención o le alerta.

Otra variación del tumbado esternal sería la misma posición delantera pero con las patas traseras totalmente estiradas hacia atrás de manera que su zona abdominal e inguinal tocan el suelo. Esta postura es muy común en cachorros que la aprenden de sus madres y en momentos en los que la temperatura exterior es extrema, pudiendo refrigerarse por la zona ventral del cuerpo. 
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TIEMPO EN MINUTOS

ACICALARSE

20

CAMINAR

278

ESTAR DE PIE

83

SENTADO

63


TUMBADO:


§ Posición esternal

§ Posición lateral

§ Combinadas

§ Decúbito supino





200

263

529

4

Tabla 1. Etograma de 24 horas de Beagles en laboratorio.

En la posición de tumbado lateral, el perro descansa con uno de los dos flancos sobre el suelo. Esta postura permite una completa relajación que facilita el sueño profundo.

Sin embargo, la postura de tumbado más usada es la combinación de tumbado esternal con tumbado lateral. El tren delantero permanecería sobre el esternón y el trasero sobre el lateral del fémur. Es una postura de tumbado más relajado y no tan alerta, aunque este estado de alerta ante posibles estímulos permanece.

Una postura que no es tan frecuente en adultos y sí lo es más en cachorros es la de decúbito supino o tumbado sobre la espalda. La utilizan también para refrigerarse a través de la zona ventral.



¿Dónde descansa el perro?

El lugar donde un perro prefiere descansar varía mucho con el individuo y con su forma de vida.

Normalmente, y cuando el propietario está en casa, el perro prefiere descansar junto a él, para ello es recomendable que disponga de un cojín especifico para este fin. Esto es debido primordialmente a que el perro es un animal social, de manada, y lo que menos le agrada es estar solo.

Si el dueño no se encuentra en casa, suelen tener lugares favoritos donde relajarse, ese debe ser el lugar de emplazamiento del cojín. Esto también depende mucho del clima en el que nos encontremos, de la raza y de la estación del año. Si el animal necesita estar fresquito, buscará el lugar de la casa donde exista una pequeña corriente de aire o donde pueda estar pegado al suelo o algún objeto pueda proporcionarle esta sensación. Actualmente en el mercado existen cojines con características termo-reguladoras. Algunos perros tienen como lugar preferido el cuarto de baño, ya que la zona de los sanitarios suele estar siempre fresca y silenciosa. En este caso es recomendable proporcionar un cojín con características anti-bacterianas y tejidos que permitan la descarga electrostática.

Si no tiene calor, y es un animal al que no le hemos destinado un sitio para dormir, lo hará probablemente en la cama del propietario o en el sofá.
Si el perro prefiere dormir en alto puede ser porque quiere dominar el horizonte y estar más preparado para reaccionar en cualquier situación, porque es más dominante o simplemente porque está más blandito. Los perros ancianos tienden a buscar estos lugares porque sus articulaciones sufren menos y están más cómodos, para lo cual se prescriben cojines con rellenos viscoelásticos, que previenen y tratan las patologías traumatológicas.

Si estamos hablando de perros que viven fuera de la casa, en un jardín o parcela, podemos encontrarnos que nuestro perro, en vez de permanecer dentro de la caseta que nos ha costado tan cara, prefiere hacerlo encima de su tejado, para divisar mejor el horizonte y los posibles “peligros” que puedan acechar: cuestión de supervivencia.

Según el estudio de Beagles a que hace referencia la tabla 1, vemos que la distribución de posturas refleja una hora al día que pasan sentados frente a 16 que pasan en las distintas posturas de tumbado. Hay que tener en cuenta que esto está basado en un estudio de laboratorio, y que aunque otros investigadores perciben otros porcentajes según el tamaño de la jaula en la que descansa el perro, esta distribución comentada en la tabla podría asemejarse bastante a la de los perros domésticos que viven en semilibertad (casa con jardín) o en pisos.

Contrariamente a lo que la gente se piensa, los perros suelen adoptar para dormir una postura de tumbado y acurrucado, con lo que a veces nos empeñamos en comprarles una camita excesivamente grande para que luego el animal permanezca enroscado en un rinconcito. Por supuesto, esta forma de descansar se lleva a cabo más en estaciones o climas fríos, y también depende de la raza, ya que algunos animales poseen unas capas de sub pelo que les protege más y no necesitan generar más calor. Todos hemos visto en películas o en documentales, cómo los perros nórdicos se enroscan sobre sí mismos encima de la nieve, e incluso en las ventiscas dejan que la nieve forme una capa dura en su espalda para que el frío no les golpee directamente en la piel. Sería más o menos a modo de un iglú.

Estas observaciones se pueden constatar en la naturaleza o en nuestro propio jardín, donde los perros suelen cavar en la tierra un agujero en forma de medialuna para acoplarse luego dando unas vueltas sobre sí mismos a la forma de esta abertura. Esta conducta hace que al tumbarse, la curvatura de la columna quede adaptada a la forma de la excavación hecha en la tierra. Actualmente existen en el mercado cojines con formas de donut con rellenos móviles para que el perro desplace el material interior y lo adapte a su necesidad ergonómica.

En ocasiones podemos observar también que colocan la cabeza por encima de la elevación del terreno excavado, a modo de almohada, aunque en opinión de otros autores y en la mía propia, sigue siendo cuestión de supervivencia, debido a que de esta manera los sentidos están más expuestos y el animal puede estar más alerta. De hecho, estas conductas las podemos observar a veces sin que exista un sustrato debajo que el animal pueda moldear, por ejemplo, el suelo.

Otras veces observamos que hacen colgar sus extremidades anteriores sobre un escalón. Y con esto volvemos al mismo tema, cuestión de dominar lo que tienen por debajo y estar menos incómodos al no tener que colocar sus antebrazos rectos.

En la naturaleza, algunos perros duermen en cuevas, y siguiendo este patrón su perro puede buscar un lugar protegido en su casa, por ejemplo debajo de una cama.

En los lobos ocurre que después de haber estado durante todo un día caminando más de 40 Km. en busca de una presa, al atardecer van en busca de un refugio seguro donde descansar hasta el alba en que empezará un nuevo día.
Los lugares preferentes de descanso son aquellos desde donde se observa el terreno más inmediato de forma amplia, es decir controlar a quien se acerca y por otro lado lugares confortables donde no mojarse y no pasar frío.

Esto ocurre según la especie y la zona donde vivan.

En algunos ecosistemas los lobos se reúnen para sus conductas sociales y para defender el territorio, al amanecer y atardecer, y para el descanso durante la noche. Duermen a la intemperie, acurrucados, con la nariz por debajo de la cola. Algunos animales pueden dormir juntos. No usan guaridas para descansar por la noche, y durante la temporada de cría sólo las hembras de cría y de enfermería utilizan estas madrigueras.

El lobo es una especie muy adaptable y flexible, capaz de vivir en aquellos lugares donde encuentre comida y no sea muy perseguido. Su hábitat es variado, bosques, montañas, estepas y desiertos, por lo que dependiendo de éste así será su lugar y sustrato de descanso, utilizándolo a su conveniencia.


En cuanto a los cachorros, en los primeros días de su vida, en el periodo neonatal, duermen formando una pequeña montañita, como una “melé”, para mantener el calor de su cuerpo, dado que aún a esta edad no tienen capacidad para termo regularse. Una vez que comienzan a alcanzar esta capacidad por sí mismos, en la etapa de transición (tercera semana de vida), tienden a cambiar esta posición por otra en paralelo.

Se recomienda proporcionarles un cojín con características termo-reguladoras y rellenos móviles.

Cambios en los patrones de sueño.

Desde que un cachorro nace hasta que alcanza su madurez ocurren cambios en sus patrones de sueño que adaptan su organismo hacia el etograma de adulto, así como inciden en su supervivencia. Estos cambios han sido constatados mediante observación y realización de EEG. Alrededor del nacimiento, los cachorros alternan patrones de sueño profundo y despertar, así que el EEG muestra pocas alteraciones. En este periodo neonatal, que dura dos semanas, el tipo de sueño que se observa es de tipo REM.

Durante la tercera semana, o periodo de transición, podemos observar ya una alternancia entre los patrones de onda lenta y REM. El tiempo que los cachorros pasan despiertos va aumentando mientras decrece el tiempo de sueño profundo. En este momento ya no es tan común pasar directamente de estar despierto al sueño profundo.

A partir de las 4 semanas de vida, estamos ya en el periodo de socialización, los cachorros permanecen alerta más del 50% del tiempo. Poco a poco, y hasta las 8 semanas, los patrones de sueño se asemejan más al de un adulto.

Los patrones de sueño en los perros adultos variarán según el foto periodo, la actividad vital que el perro desarrolle y la familiaridad con el entorno. Los perros adultos pasan de estar despiertos a un estado de somnolencia, luego al patrón de onda lenta y después al de sueño REM. De aquí otra vez al de onda lenta o de nuevo a la vigilia.

El estado de alerta va disminuyendo aproximadamente una hora antes de decrecer la luz del día y va aumentando una hora antes de amanecer de nuevo.

Durante el sueño de onda lenta, el perro permanece tumbado y con las piernas dobladas, cierra sus ojos y respira regularmente. Relativamente no responderá al medio que le rodea en esta postura.

Durante el sueño REM, el EEG es prácticamente igual al del perro despierto, pero existe una parálisis de los músculos esqueléticos. La respiración se convierte en irregular y se producen movimientos de las extremidades, de los músculos faciales, oculares y de la cola. A veces existe también vocalización.

Esta es la fase en la que los propietarios suelen decir que su perro sueña que corre detrás de un conejo.

Los perros tienen un promedio de 23 episodios de dormir-despertar cada hora durante un periodo de 8 horas. Cada episodio consta de un rato de sueño de entre 5 y 16 minutos seguido de un despertar de unos 5 minutos.

En las 24 horas el perro pasa un promedio de 9,67 horas en sueño de onda lenta y unas 3,24 horas en sueño profundo.

En resumen, un perro normal pasa un 44-48% de su tiempo despierto, un 19-21% en situación de somnolencia, un 22-23% en sueño de onda lenta y un 10-12% en fase REM. Es decir, 50% vigilia y 50% sueño, sea éste más o menos profundo. Por supuesto esto depende de la vida que lleven dueño y perro. Hay algunos que no tienen más remedio que dormir o destrozar, debido al ajetreo diario de sus propietarios. Disponemos también en el mercado de productos de descanso con tejidos resistentes a los mordiscos, si bien en estos casos de mordida excesiva debemos acudir a un profesional del comportamiento canino.

Los humanos son más fácilmente despertados del sueño REM que del sueño de onda lenta, y se piensa que en perros ocurre de la misma manera.

Lo que está muy claro, es que si queremos evitar riesgos innecesarios, no debemos despertar bruscamente a nuestro perro de su sueño, ya que puede tener una reacción agresiva, peligrosa sobre todo si hay niños presentes.

Asimismo, el hecho de que un animal sea privado del sueño crónicamente, puede desembocar en estrés y enfermedad grave, al igual que ocurre en humanos. De hecho el sueño está destinado a reordenar los sucesos del día y al procesamiento de datos y consolidación de la memoria. De ahí la importancia de un descanso correcto.

En resumen, desde la etapa de cachorro hasta su madurez se debe proporcionar al perro un producto de descanso saludable y cómodo, sobre el que puedan descansar correctamente.

Todos los animales con problemas articulares, viejecitos y con poco pelo deberían dormir en productos fabricados con tejidos especiales, que proporcionen características termo-reguladoras, así como rellenos viscoelásticos que les permita permanecer frescos en verano y calientes en invierno.

Actualmente en el mercado disponemos de productos con todas estas características: hipoalérgicas, anti-bacterianas, anti-ácaros, termo-reguladoras, anti-manchas, rellenos viscoelásticos, etc., que mejoraran el bienestar y la calidad de vida del perro al mismo tiempo que la convivencia con su dueño.

Agradecimiento: a Rosana Alvarez Bueno, y su página web (www.etologiaveterinaria.net), por permitirme publicar su artículo.

domingo, 1 de mayo de 2011

Jugar al "tira y afloja" con tu perro

Todavía existen personas que creen que jugar al tira y afloja con su perro puede desencadenar una respuesta agresiva por parte de este. Esa creencia basada en el miedo suele desaprovechar uno de los refuerzos más divertidos para nuestros perros y útiles para su educación. Sigue leyendo y conocerás los motivos por los cuales todo perro independientemente de su raza o tamaño debería aprender desde cachorro a jugar al "Tug of war"…

El perro aprende a controlar su mandíbula. Los cachorros no tienen esos dientes afilados como alfileres por casualidad: su función, aunque parezca paradójico, es el de hacer daño con ellos a la madre y entre sus hermanos. ¿Por qué? Pues para saber lo antes posible la fuerza que en un futuro cercano tendrán sus dientes y saber inhibir la fuerza de sus mordiscos en función que a qué van dirigidos. La información que reciban no será la misma si muerden a un palo o un juguete que si lo hacen a una mano humana o a sus compañeros caninos. En el primer caso el perro disfrutará de la sensación de morder, en el segundo caso (si los mordiscos son demasiado fuertes) sus compañeros dejarán de querer jugar con él. Al jugar al tira y afloja, el cachorro aprende a tener cuidado con sus mandíbulas, ya que en el caso de equivocarse y tocarnos con sus dientes el juego terminará de inmediato. Esa es la primera regla que debe conocer todo perro al jugar al tira y afloja: Prohibido tocar al humano. Lo que equivale a tener autocontrol sobre su mordisco.

Puede convertirse en un premio realmente motivante. ¿Has visto alguna vez cómo trabajan los guías caninos especializados en búsqueda, detección de sustancias o diversos deportes caninos? Suelen utilizar un mordedor para premiar al perro una vez haya terminado su trabajo. Premiar a los perros de esta forma tiene una serie de diferencias con respecto a hacerlo con trozos de comida: aumenta el nivel de actividad del perro y permite que descargue su energía acumulada sobre él. Por poner un ejemplo, es algo así como el desahogo de un futbolista al marcar un gol… Pero dada la emoción que suele sentir el perro cuando aparece su juguete de tira y afloja, tiene la desventaja de que puede distraerse a la hora de aprender nuevas cosas. Para aprender cosas nuevas suelen ser mejores los premios de comida (es como dinero al contado), mientras que para motivar al perro y mantener lo aprendido muchas veces conviene utilizar este tipo de recompensas.

El perro aprende la orden “suelta”. La mejor vacuna para los perros paranoicos del control es enseñarles que si ceden sus posesiones, éstas volverán con un extra. Si alguien te quita el monedero y te lo devuelve enseguida con 50€ más ¿Seguirías igual de reticente a prestarle tu monedero? Ese mismo principio es el que todo el mundo debería enseñar a su perro con distintos recursos como su cuenco de comida o, como sucede en este caso, con sus juguetes. Con ello, de nuevo conseguimos transmitir al perro un valioso recurso: su autocontrol, a la vez que se le capacita para jugar al cobro de objetos.

El perro conoce un comando que indica el inicio del juego. Diciéndole un comando que le indique cuándo puede morder, lo que consigues por un lado es que te preste atención, y por el otro, de nuevo logras que tu perro sea capaz de controlar su impulso por morder el juguete.

Resumiendo, las reglas que tienes que tener a la hora de jugar al tira y afloja con tu perro son:

-Prohibido tocar al humano.

-Jugar sólo con los juguetes del perro.

-Siempre comenzar con un comando que le indique el comienzo del juego.

-Practicar la orden “Suelta”.

Por último me gustaría decir algo importante: No juegues al tira y afloja con tu perro si éste tiene algún problema de posesividad o complejo de control. Estos perros necesitan ser rehabilitados y evaluados previamente por un profesional antes de poder practicar este tipo de juegos con sus propietarios.

¿Y tú qué opinas sobre jugar al tira y afloja? Cuéntanoslo…
 
Agradecimiento: a Jorge Ortega, Director de Guauf Servicios Caninos (http://www.guauf.es/), por permitirme publicar su artículo.