sábado, 10 de septiembre de 2011

Razas de perros autóctonas: El dogo canario

El Dogo Canario


Tal vez para plantear la situación actual del DOGO CANARIO, hay que remontarse a los inicios de su recuperación actual, partiendo de finales de los años 70 hasta nuestros días.

El inicio de la raza como tal, comienza a finales de los 70, sin unas ideas claras y muy poco material, pero con una gran ilusión que dura hasta hoy. El comienzo fue duro por la falta de reselección racial y de medios, pero gracias al entusiasmo de un grupo de nuevos criadores que van informándose y aprovechando los conocimientos de aquellos viejos criadores, la raza se fue expandiendo por el archipiélago Canario. La gran ilusión que derrochan los seguidores y recuperadores de esta nueva raza, el espléndido Presa Canario, hace que surjan cada día nuevos simpatizantes de la misma. La década de los 80, se convierte en el esplendor de nuestra raza en las islas. Se aprovechan los eventos oficiales de las exposiciones Internacionales y nacionales de Las Palmas y Santa Cruz Tenerife, así como la presencia de la Real Sociedad Canina de España dando cierta oficialidad, se llevan a cabo muestras, he información a todo aquel que quiere acercarse a ella, trípticos con el estudio racial y una ligera historia de la raza, también se efectúan muestras en los pueblos de las islas para ampliar el fomento en todos los rincones del archipiélago. En los 80 también hay algunos criadores en la península que entusiasmados con la ella, comienzan a criarla y darla a conocer en el resto de España, la culminación de esta década fue el ya mencionado reconocimiento oficial de la raza en el año 1989 alcanzando el premio a una labor de años de trabajo llevada a cabo por el Club del Presa Canario.



Con el reconocimiento Oficial de la raza comienza otra etapa tanto de difusión a nivel nacional como el trabajo de cría y selección según el estándar ya aprobado por la Real Sociedad Canina de España y esta oficialidad también nos lleva a los concursos oficiales donde se ponen en juego los puntos de belleza de nuestra raza.

Un paso importante en la historia del Dogo Canario, fue la necesidad de tener una serie de jueces especialistas en la raza. Estos jueces debían juzgar a nuestros perros y guiar la raza para que la selección de ejemplares se hiciera de acuerdo a los parámetros recientemente aceptados por el estándar en aquella época. De este modo, la década de los 90 se convirtió en una época muy importante, porque se marcó el trabajo a seguir para que el reconocimiento internacional no se hiciese esperar. Con ese comienzo de esperanza se va fraguando la raza y sus primeros campeones y, lo más importante, ésta es proyectada de tal forma que a mediados de los 90 es una de las razas punteras a nivel nacional y con gran proyección internacional, lo que siguió animando a nuevos criadores y simpatizantes, no sólo en las islas y península también, en Europa y América, abriéndose otra gran proyección a nivel internacional para la raza.


Todo proyecto tiene un bache y el del Dogo Canario fue las nuevas normas de la Administración en cuanto a tenencia de perros "potencialmente peligrosos".
Como se ha comentado ampliamente, la ley de perros peligrosos, surgió como respuesta a una serie de acontecimientos no deseables, que sacados de contexto por personas que desconocen el mundo canino, llevaron a crear una serie de normativa burocrática y jurídica que perjudicó a las razas molosoides, o de tamaño grande. Este proyecto de ley, condicionó la visión de muchas personas ajenas al mundo canino y los comentarios negativos y erróneos que se hacían sobre las razas mal llamadas "potencialmente peligrosas", hicieron que muchos criadores y simpatizantes de éstas se sintiesen discriminados por el simple hecho de tener un perro de cualquiera de estas razas "indeseables" según la interpretación de algunas personas que como digo, no conocen ni la norma ni el mundo canino. Esto llevó tanto a una disminución de la participación de estas razas en los eventos caninos como a una disminución en su cría, dando lugar a un retroceso de la raza en cuanto a cantidad de camadas.

Esta situación además de injusta y errónea, supuso un freno al reconocimiento Oficial Internacional de los Dogos Canarios, convirtiéndose éste en un proceso más estricto y dificultoso, pues no sólo obligaba a la raza a reunir nuevas condiciones de líneas de sangre, sino que debía también pasar el famoso Test de carácter llevado a cabo por dos personas propuestas por el organismo oficial de la F.C.I. así como el cambio de nombre a" DOGO CANARIO".Esta fue la entrada en el nuevo siglo, en el nuevo milenio. La segunda mitad de los años 90 se pudo superar y volver a tener una raza de primer orden.

Así y todo se sigue arrastrando algo de esa etapa oscura para las razas grandes y premio a esta labor fue el reconocimiento oficial de la raza a nivel internacional con el número 346 en el 2001, en la Exposición mundial de Portugal. Esta incorporación a la cinofilia internacional contiene una cláusula de provisionalidad durante los diez años primeros, donde volveremos a ser nuevamente evaluados, para conseguir por fin el tan ansiado aprobado definitivo.




El punto más conflictivo que ocasionó el reconocimiento oficial internacional, tal vez ha sido el famoso cambio de nombre de la raza (DOGO CANARIO). Si somos conscientes de cuál es el identificativo que más describe a nuestro perro, estamos totalmente de acuerdo con este último, pues la denominación presa sólo es una cualidad en cuanto a mordida, pero el término dogo nos describe tanto su morfología como su carácter, o lo que es lo mismo, prácticamente con un sólo vocablo ya tenemos descrito a nuestro perro y sabemos dónde enmarcarlo.
  

Carácter del Dogo Canario

Hablar del Dogo Canario sin describir su carácter, es dejar a medias una raza como la nuestra, donde éste es uno de sus puntos fuertes.



Si sólo su presencia ya causa admiración y respeto, no menos es su carácter que empieza a desarrollar desde que nace, pues ya en sus genes nos trae esta cualidad, debemos mimarla y fomentarla, siempre, no intentando anularla con la idea equívoca de mantenerlo aislado y atado lejos del ambiente familiar y de su territorio, pues esto genera una desconfianza que más tarde se puede transformar en agresividad o miedo agresivo muy perjudicial para su entorno y para su convivencia con la sociedad, es un perro al que le encanta vivir y convivir con la familia, y el juego con los pequeños, pero siempre bajo la atención de personas, pues en los primeros meses no controla sus fuerzas y puede hacer algún daño evitable.

Con la madurez sigue siendo un perro que mantiene la necesidad de estar en el ambiente familiar, y si se ha educado con unas normas de convivencia mínimas, se notará que ejerce su trabajo de guarda sin ningún problema, teniendo un compañero ideal y un guardián con las mejores cualidades.
Sin duda alguna, las características de comportamiento del dogo canario, son las que corresponden a un perro molosoide de guarda, defensa y protección de absoluta confianza, el tiempo así lo ha demostrado. No obstante, ha sabido adaptarse a los tiempos que corren con una exquisita elegancia, acentuando su talante polifacético, concursando en certámenes y exposiciones de belleza, compitiendo en pruebas de trabajo, incluso ha debutado como actor en películas y videoclips musicales, o simplemente como perro compañero.

Pero no nos engañemos, como para todo en la vida, es necesario un proceso de aprendizaje, y en este caso es preciso moldear los comportamientos instintivos del perro para lograr un temperamento equilibrado y maduro del que poder servirnos. No cabe la menor duda de que partimos de una buena base ya que el cachorro de dogo canario nos presenta por atavismo, un carácter ideal del que poder sacar provecho.


Me voy a permitir la licencia de orientar a grandes rasgos lo que considero son las pautas indispensables para obtener un animal sereno y útil del que poder disfrutar. Para ello, es de gran importancia un trabajo serio por parte de los criadores, que deben de comenzar seleccionando progenitores en los que los rasgos de temperamento sean deseables. Básico es el hecho de mantener la camada unida hasta los 60 días después del parto. A este periodo de tiempo se le llama sociabilización y el cachorro adquiere, mediante los juegos con sus hermanos y las relaciones con su madre, los diferentes gestos y sonidos indispensables para la comunicación. Estos gestos reflejan su estado emocional y jerárquico. Sin este aprendizaje, el futuro perro tendría problemas de comunicación y podría resultar peligroso e insociable.

Por la envergadura que alcanzará el cachorro es importante que por parte de su propietario se le procure una educación seria con normas básicas de comportamiento a medida que va madurando. Por lo general, este moloso suele alcanzar la plenitud entre el tercer y cuarto año para los machos y alguno menos para las hembras , para ese entonces tendremos un perro brioso, seguro, guardián, denotando un afecto indefectible hacia su amo. En definitiva, un perro con carácter ideal para disfrutar.


Son muy pocas las pautas a seguir para que este buen fin se logre. Desde que llega a casa debe saber cuál es su sitio, tanto físico como en la familia, no se puede dejar que él tome las riendas pues será muy difícil imponerle normas. No se le debe gritar y menos aún golpear, pero sí hay que corregirle con la severidad y autoridad necesarias en el momento apropiado (no se debe castigar algo que ha pasado largo rato antes, ya que carece de sentido para un animal). Ha de aprender quien es el que manda y lidera el grupo. De esta forma, cuando nos visita algún amigo o familiar, él comprenderá que no tiene que desarrollar su cometido de guardián, pues la familia se encuentra relajada ante los extraños y no demuestran síntomas de recelo por lo que él también actuará así.

Al menor intento de guarda que realice ante cualquier forma extraña, tanto externa como interna, hay que animarle a seguir en esta línea, moviéndonos con él, incentivando y despertando su instinto de guarda. Instinto genético y por lo tanto natural.Si esto se hace con ganas e ilusión comprenderás porque hay tanta gente enamorada de esta raza.

 Agradecimiento: a Ricardo Oramas y José Ramón Rodríguez, autores del artículo, y a José Manuel López (www.clubdogocanario.org), por permitirme publicarlo.

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