Los cachorros poseen unos miembros cortos y torpes, no pueden caminar, pero ruedan sobre sí mismos y se arrastran en busca del alimento materno. Sus pequeñas boquitas se aferran al pezón y tragan y tragan, hasta que cansados se duermen recostados en el cuerpo caliente de la madre. En estos primeros días el cachorro lo único que hará es comer y dormir. Hasta los 6 meses aproximadamente se pueden considerar cachorros. Sordo y ciego durante sus primeros días, se limita a cumplir con sus funciones vitales: mamar y dormir. A los quince días el cachorro empieza a ser alguien, su personalidad comienza a manifestarse. Se tambalea, pero camina y los más hambrientos empujaran a sus hermanos para conseguir el mejor lugar para mamar. A las tres semanas su andar ya es decidido, coincidiendo esto con su capacidad visual. Un mundo se abre ante sus ojos y el cachorro ya es capaz de beber leche en un plato. Hasta entonces todo lo ha hecho la madre, la alimentación y la higiene han corrido a su cargo. Ha limpiado las necesidades de sus pequeños, les ha procurado calor y seguridad, pero ya es la hora de la independencia, y el cachorro ya en al cuarta semana, trepa, explora, juega, se enoja, aprende a ladrar y a bostezar, y evita ensuciarse en su cama. Ahora es tiempo del destete, está explicado en otra entrada.
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