miércoles, 7 de enero de 2009

Rescatando a Emma

Como todos los días mi trabajo de paseador es buscar los perros, pasearlos y entregarlos cansados a sus dueños. El día 10 de diciembre de 2007, no fue un día común, estábamos en el parque con los perros y nos acercamos al arroyo para que tomen agua, se refresquen, jueguen, en definitiva permitirles ser perros. En eso siento un llanto, sin dudarlo me di cuenta que era un cachorro pidiendo ayuda, busque un largo rato y no encontraba nada, hasta que miro para la orilla y ahí estaba ella, tendría como mucho 45 días, y tratando de trepar un barranco de mas o menos un metro y medio, le era imposible salir del agua a pesar de su esfuerzo. No se que tiempo estuvo luchando porque la noche anterior hubo una tormenta increíble con mucho viento, truenos y relámpagos. ¿Se habrá caído sola al agua? Espero que si, porque no quiero pensar que exista alguien capaz de tirar un cachorro directamente al agua. La cosa que el destino me puso frente a ella, me agacho y le indico por donde poder subir, la perrita me entendió y trato por donde yo le decía y tampoco podía. Entonces me acuesto, tiro mi mano, la saco a la superficie, y del cansancio se cae nuevamente, vuelvo a sacarla y la pongo al sol. Estaba toda mojada, lloraba y hasta tenia convulsiones, la seco con mi remera (camiseta) y la guardo en la riñonera (es como un bolso que se lleva cruzado, pero pequeño y queda justo en los riñones, por eso su nombre). Caminamos mas de una hora hasta repartir los perros y llegar a mi casa y ella seguía llorando. Cuando llegue la puse al sol, le di leche y se la presento a mi otra perra de raza Weimaraner (Enya). Decidí quedármela ya que Enya necesitaba compañía y además no confiaba en nadie para dársela. Como me gusta la musica new age (por eso mi otra perra se llama Enya) le tenia que poner algún nombre relacionado, entonces me decidí por Emma (por Emma Shaplin). Pasaron los días y es ¡impresionante!, no podía describir lo bien que me sentía al verla jugar y comer y comer. Emma jamás dudo de mi, si pudiera hablar me diría: Me salvastes y te juro amor y obediencia para siempre. Esto es lo que nos dan los perros rescatados. Además de subirnos la autoestima, hacernos mejor persona, y hacernos sentir orgulloso de por vida.

Como consejo a todos los que rescatan a perros les digo, olvídense de cómo lo encontraron, ellos viven el presente, es difícil despegarse de la situación pero ellos nos necesitan fuertes para que su recuperación sea total. El ejemplo de esto es mi perra Emma, ella se estaba ahogando y hoy nada mejor que cualquier Golden Retriver, (ella ya se olvido de la situación de cómo la encontré, lo que nunca olvidara es quien la rescato) Hoy Emma ya lleva un poco mas de un año conmigo y Enya, solo tenemos palabras de agradecimiento para ella. A todas las personas que miran para otro lado ante estas situaciones les pregunto: ¿Son capaces de perderse tanto amor? ¿Qué piensan cuando se acuestan a dormir? ¿No sienten remordimiento? ¿Cual es su misión en la vida? Y a los que rescatan perros, a las protectoras que hacen lo imposible para mantenerlos y ubicarlos, les mando un cálido abrazo y mis felicitaciones. Si existe algún Dios en este mundo esos son ustedes.

Enya y Emma también son las perras de la portada del blog.

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